A partir del próximo lunes 30 el popular sistema operativo de Microsoft: Windows XP, será retirado de la venta para cederle el paso al nuevo Windows Vista que todavía no fue completamente aceptado por los usuarios.
De esta manera Microsoft suspende la venta de su sistema operativo más querido y deja como única opción un producto que, pese a sus bondades, tiene una larga lista de contras para una parte importante de los usuarios. Sin ir más lejos, el mayor fabricante de microprocesadores del mundo, Intel, tradicionalmente aliado de Microsoft, tomó distancia del nuevo sistema operativo la semana pasada, al declarar a la agencia Reuters que todavía no se mudará por completo al Vista y que "están instalando y probando el nuevo sistema en algunos departamentos".
Otra cuestión crítica, con tantos XP instalados en el mundo, es hasta cuando esta versión de Windows recibirá soporte, es decir, actualizaciones y parches para corregir fallas que le abren las puertas a los piratas informáticos. Bill Veghte, vicepresidente senior del Grupo de Windows de Microsoft, deja claro que el soporte para XP continuará hasta abril de 2014, tiempo que parece suficiente para que el Vista o, más probablemente, la versión que le siga (llamada Windows 7) hagan pie en las preferencias de los consumidores.
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